El mindfulness para niños, es una práctica que actúa a nivel psicológico y emocional para protegerlos de los efectos negativos que ocasionan las situaciones adversas.
La infancia es la etapa del ser humano que se caracteriza por el inicio de la adquisición de conocimiento para el transcurso de su vida; de ahí que, dentro de la enseñanza, debemos incluir la educación emocional, para que puedan enfrentarse de la mejor manera a todas las situaciones de la vida, tanto sencillas como complejas.
A continuación, veamos más sobre esto.
¿Qué es el Mindfulness para Niños?
El origen de la palabra mindfulness se encuentra en el idioma inglés, ésta se utilizaba como sinónimo de la palabra “Attention”. No obstante, se dejó de usar por mucho tiempo; hasta que en la década de 1970, Jon Kabat-Zin lo eligió como el término adecuado para referirse a la meditación en su programa dedicado a esta práctica.
En base a lo mencionado anteriormente, este término, también llamado “atención plena” o “conciencia plena”; se puede definir como una práctica que consiste en prestar atención de manera intencional a todo lo que hacemos, sin apegarse, juzgar ni rechazar ninguna experiencia.
La aplicación constante del mindfulness, tiene la finalidad de que nuestra atención se dirija completamente a nuestros pensamientos, emociones, sensaciones corporales y el entorno en el cual nos desenvolvemos. Sin preocuparnos por las causas y las consecuencias ni buscar soluciones.
Ahora bien, el mindfulness para niños, se basa en lo que hemos planteado en líneas anteriores; ya que, nos brinda una variedad de posibilidades para que el niño desde su temprana edad comience a ejercitar su cerebro. Además, mejore su capacidad de atención y aplique la gestión emocional.
¿Por qué el Mindfulness es beneficioso para los niños?
La vida del ser humano comienza en la etapa infantil, y es importante que desde ese momento; los niños aprendan a conectarse mucho mejor consigo mismos. Con el propósito de, que sean hábiles cuando les toque enfrentarse a su entorno y a situaciones difíciles y complejas.
Es por ello, que el mindfulness para niños puede comenzar a practicarse desde los 3 años de edad; sin embargo, no debemos olvidar que para obtener los resultados que deseamos, el aspecto más importante a considerar es la constancia. Debido a que a través de ella, dicha práctica se convertirá en un hábito en el niño; de esta manera, lo ejecutará por inercia.
En consecuencia, uno de los beneficios que podemos observar con la puesta en práctica del mindfulness, es el interés y la curiosidad que se despierta para conectar con el mundo exterior. Luego de haber experimentado más empatía, confianza y seguridad consigo mismo: lo cual, le permite ser más receptivo.
Así mismo, la capacidad de atención que desarrolla el niño, lo ayudará a identificar sus emociones y a gestionarla de la mejor manera posible. Desde temprana edad, estará adquiriendo y poniendo en práctica la inteligencia emocional, lo cual le ayudará a mejorar su forma de relacionarse con otros.
Por ejemplo, evitará situaciones de agresividad y violencia con otros niños, con sus padres y con todas las personas que frecuentemente tienen contacto con él; de esta forma, podemos estar seguros que nuestro esfuerzo tendrá un impacto que se verá reflejado cuando el niño se convierta en adulto.
La práctica mindfulness para niños es un medio para formar desde el hogar a individuos que tendrán más humanidad, serán empáticos con otros y, por ende, disfrutaremos de una mejor sociedad porque los niños del presente son los adultos del futuro.
¿Cómo practicar el Mindfulness con los niños?
Es probable que estemos acostumbrado a que la atención plena está relacionada con una postura de meditación durante largos minutos, y es una práctica positiva y adecuada para los adultos; no obstante, mantener a un niño en una sola posición durante un tiempo, no dará los resultados que deseamos.
En primer lugar, debemos tener claro qué es el mindfulness para poder enseñarles que la atención plena puede ser divertida y que ellos deben buscar su propio equilibrio en aquellos ejercicios que los hagan sentir cómodos. No debe ser una carga para ellos sino un hábito que se incluya en su estilo de vida.
Por lo tanto, podemos encontrar muchos ejercicios que nos pueden ayudar a implementar la práctica del mindfulness para niños, las cuales pueden ser una guía que nos permita desarrollar otras estrategias, que se ajusten a la edad y la forma de ser del niño. Algunas de ellas son:
Soy un Súperman o una Wonder Woman
Esta es una práctica que inicia indicándole a los niños que deben adoptar una figura de poder, imaginándose que son súper héroes. Luego, deben desarrollar una atención plena, que les permita escuchar todos los sonidos que surjan a su alrededor durante 5 minutos. En consecuencia, sus sentidos estarán al máximo.
Aprendo a respirar con mi peluche
Esta práctica es recomendada para niños pequeños porque hacerla con su juguete favorito, será una manera de obtener mayor receptividad de su parte. En este caso, a la hora de acostarse, deben poner el peluche en su abdomen y respirar contando hasta 4, viendo como su abdomen junto con el peluche, ascienden.
Seguidamente, debe contener el aire por 3 segundos y después, exhalarlo, observando como su abdomen y el peluche, descienden. A través de esta práctica, le enseñamos al niño a respirar de forma relajada, lo cual le ayudará cuando se encuentre en situaciones difíciles, donde experimente ira, tristeza u otra emoción.
Mis emociones
En un día los niños pueden experimentar múltiples emociones sin darse cuenta de manera consciente; es por ello, que es importante motivarlos a explorar lo que han sentido durante el día, y acompañarlos en el proceso, mostrando interés a través de preguntas que los hagan pensar en cómo se sintieron con cada emoción y cuáles fueron las reacciones de su cuerpo.