¿Necesito Controlar mi Ansiedad?
Cada persona es única, tiene su propia historia detrás que suele forjar su carácter, sin embargo, a menudo cuando una persona acude a mi consulta, suele haber una serie de preguntas que se repiten.
Tal vez la más frecuente es «¿Cómo controlo mi ansiedad?«. Parece una pregunta sencilla ¿verdad? Se espera, con buena lógica, que el psicólogo, al ser un especialista la conducta humana, sea capaz de responder a esta pregunta dotando de las herramientas necesarias. Eso es cierto. Pero también es verdad, que no es una pregunta sencilla, en realidad es una pregunta tremendamente compleja, que requiere de un estudio individualizado en cada caso (más adelante veremos por qué).
¿Qué es la ansiedad?
Para poder explicar estrategias para gestionar la ansiedad que podamos sentir en un cierto momento, antes hay que ir al origen y entender en que consiste la ansiedad.
¿Os imagináis lo complicado que tenia que ser para los primeros humanos de las cavernas sobrevivir? En un mundo repleto de amenazas para la supervivencia era necesario un sistema automático que nos ayudase a superar todos estos retos diarios, un aporte de energía que nos activase en el momento adecuado para dar una respuesta inmediata a lo que sucedía. Algo como la ansiedad.
Así es, desde un punto de vista biológico-evolutivo la ansiedad está concebida para ayudarnos a sobrevivir. En un mundo plagado de animales depredadores y tribus agresivas luchando por adquirir los recursos naturales de la época ésta era nuestra mejor arma.
Este sistema lo hemos heredado, y aunque resulta poco frecuente que se ponga en peligro nuestra vida, si que es necesario una cierta activación para algunos retos vitales como prepararnos una oposición, estar atentos mientras conducimos al trabajo o planificar nuestros gastos para llegar a fin de mes.
Decimos que la ansiedad en estos casos juega un papel funcional ya que nos prepara para usar nuestros cinco sentidos en este tipo de situaciones.
¿En que momento la ansiedad se convierte en no-funcional?
Podemos destacar de forma general tres situaciones:
- Cuando la ansiedad es desproporcionada para el evento en cuestión (por ejemplo, no ser capaz de hacer una exposición oral)
- Cuando la situación no tiene arreglo (algo que hicimos en el pasado)
- Cuando la ansiedad se produce por eventos internos (pensamientos que no queremos tener o sensaciones físicas incómodas)
¿Por qué un estudio individual?
No existe la solución mágica. Las técnicas de relajación o intentar controlar los pensamientos te dará una sensación de seguridad que te servirá a corto plazo, pero sabemos que para gestionar la ansiedad debemos enfrentarnos a ella. Eso sí, debemos enfrentarnos de forma gradual.
Como dijimos al principio del artículo, cada persona es distinta, y a cada uno nos puede producir ansiedad eventos muy dispares, es por eso que debemos analizar el origen, y qué mantiene nuestra ansiedad, para elaborar un tratamiento y superar esas situaciones poco a poco.
Ya te lo avanzo, aunque cueste algo más que tumbarse en una silla y relajarnos, habituarnos, de forma escalonada a los eventos que nos producen ansiedad, es la forma más efectiva de superarla.
¿Cómo influye el COV-19 en los Problemas de Ansiedad?
Aunque la cara conocida de los efectos de la epidemia más mortífera de nuestro siglo ha sido principalmente la salud física, no hay que olvidar que este virus también está dejando importantes secuelas a nivel mental.
La combinación de miedo e incertidumbre incrementa el estado de alerta y por lo tanto nuestro nivel de ansiedad. Pero al final, lo que mantiene de forma continua nuestra ansiedad son aquellas conductas que realizamos para sentirnos más seguros a corto plazo. Estas conductas de seguridad podrían ser por ejemplo: lavarse excesivamente las manos, pasar horas buscando información del virus por internet o medirnos todos los días la temperatura.
Estas conductas de seguridad nos ayudan a corto plazo, pero impiden habituarnos a las situaciones que nos generan ansiedad no-funcional y créeme, necesitamos habituarnos a ellas.
Parte del trabajo en consulta va a ser indagar que conductas de seguridad realizamos, y aquí surge un problema con la información que actualmente nos trasmiten desde algunos medios.
Ojo, no estoy diciendo que no tengamos que ser precavidos, vivimos una etapa inaudita. Pero debemos hacerlo dentro de una cierta normalidad.
No deberíamos dejar de hacer una vida normal, aunque sea dentro de una “nueva normalidad”. Así que algunos consejos generales para encarar la ansiedad en esta nueva situación serían:
- Mantén los hábitos de limpieza dentro de lo normal, no hace falta lavarnos las manos 3 veces seguidas o echarnos gel hidroalcohólico continuamente, menos aun si no hemos salido a la calle.
- Si eres de los que busca continuamente información del virus, evolución de los casos, estadísticas etc. evita la sobreinformación.
- Busca nuevos hábitos compatibles con la situación actual, nunca está demás descubrir nuevas aficiones, esto te dará un respiro mental que te permitirá no estar continuamente pensando en lo que antes hacías en el pasado o lo que harás en el futuro.